La pandemia del Coronavirus marca un puente de Todos los Santos atípico, donde destaca el poco aflujo en los cementerios españoles
@cyncoiduras
Madrid
Es domingo, 1 de noviembre. El sol brilla a primera hora de la mañana en el cementerio de La Paz de Alcobendas. Lo que tendría que ser un trasiego de gente y voces honrando a sus familiares, se ha convertido en silencio. Lo único que se oye es el cantar de los pájaros en un día de Todos los Santos atípico.
La pandemia del coronavirus también se ha dejado notar en este puente. Menos visitas y mucha menos afluencia en un cementerio que está semivacío, donde lo que destaca son los controles de aforo en los accesos y las estrictas medidas de seguridad. A las puertas, miembros de la seguridad del camposanto, ataviados algunos con trajes y otros con chalecos amarillos, se organizan para garantizar que todo funcione bien. En la entrada del camposanto cuelga un cartel que recuerda a los visitantes las recomendaciones: evitar días y horas de mayor afluencia, no estar más de 45 minutos, traer agua de casa, mantener distancia de seguridad, y usar gel antes y después de entrar en las instalaciones.
Las visitas
A primera hora de la mañana, a penas varios coches se han acercado hasta aquí. Las pocas personas que lo han hecho, ha sido con la compañera fiel de los últimos meses, la mascarilla. Algunas de ellas, con el tiempo justo, han limpiado las lápidas de sus seres queridos, donde han dejado flores frescas.
» No hay mucha gente. Es un poco desolador »
Suren se ha acercado, junto a sus padres, a visitar la tumba de su tío. Cuenta que al ver en las noticias la posible gran fluencia de gente y las medidas sanitarias de seguridad, pidieron cita para el sábado por la mañana. Un problema de última hora les hizo tener que cambiarla para hoy, día 1. »Cuando hemos llegado nos han conducido hasta el párking y nos han pedido que la visita no dure más de 45 minutos. El chico que nos ha atendido nos ha dicho que iba a haber mucha gente hoy pero la verdad que no hay tanta. Es un poco desolador», señala el joven.
Y es que la estampa de este día de Todos los Santos contrasta no solo con el de otros años, sino también con la de los días anteriores, cuando se ha registrado un aumento de las visitas por parte de quienes no querían toparse con aglomeraciones. Juan Ignacio es de los visitantes que ha decidido acudir al cementerio un día antes a ver la tumba de su esposa. Hoy acompaña a su nieta. Cuenta que tiene un panteón donde se encuentran todos sus familiares y aprovecha este puente tan señalado para velarles y recordarles a todos. »Ayer había más gente pero está muy bien. La policía está aquí, nos dice dónde nos tenemos que poner. He comprado las flores y las he puesto en la lápida. Lo he visto muy bien y ahora no hay tanta gente», señala Juan Ignacio.
» Hemos retrasado la visita para no juntarnos tantos»
Por la tarde ya la situación ha cambiado. El flujo de gente que ha acudido al camposanto ha aumentado, quizá para evitar las tradicionales riadas de gente que solía haber por las mañanas. Beatriz y Raquel son dos hermanas que han pospuesto la visita a la tumba de su madre hasta por la tarde, ya que las medidas anticovid no les han permitido coger cita antes en el camposanto de Alcobendas. Con un ramo de flores en la mano, señalan que en la entrada han tenido que pasar por varios controles de seguridad de las instalaciones, quienes les decían dónde aparcar el coche para que no se formaran tumultos. «Hay bastante gente, pero por lo visto esta mañana había mucha más. Lo hemos retrasado un poco para no juntarnos tantos», señala Beatriz.
Desde el cementerio de la Paz hacen una valoración positiva del trascurso del día de Todos los Santos, aunque señalan que sí han notado una menor afluencia durante todo el día. La reducción del aforo al 50% y la obligatoriedad de coger cita para visitar el camposanto -apuntan desde el departamento de comunicación- ha fomentado que muchas familias hayan retrasado acudir a velar a sus seres queridos.
Pérdidas en el sector de las flores
Las restricciones a la movilidad y los controles de aforo también han tenido un efecto negativo en la venta de flores frescas. Las floristerías dependen de fiestas, eventos y tradiciones, como el día de Todos los Santos, que se han visto muchas de ellas suspendidas o mermadas por los controles de seguridad y el miedo al Covid19. Desde el sector hablan de cerca de un 40% de pérdidas este año.
Blanca regenta Flores Blancas, una pequeña floristería en el centro de Alcobendas. Cuenta que por las restricciones de movilidad y los confinamientos muchos de sus clientes no le han hecho los encargos típicos de esta festividad. »Muchos de mis clientes me piden ramos para llevarlos al cementerio este día pero también para llevarlos a sus pueblos, pero no han podido ir. Algunos me han dicho que lo retrasarán hasta cuando puedan volver a viajar«, señala Blanca. Calcula que este año ha sufrido una bajada en el volumen de sus clientes en un 25%.
La imposibilidad de realizar ningún acto religioso en los cementerios ha ayudado a evitar las aglomeraciones. También los cierres perimetrales en las Comunidades Autónomas, como Madrid, ha impedido a muchos acercarse a los cementerios como cada año. Este 2020 está marcado por los fallecidos por el COVID-19, más de 35.000 familias que también recuerdan a sus seres queridos este 1 de Noviembre diferente.